La leyenda de la calle Sierpes.
En pleno casco antiguo de la ciudad de Sevilla podemos encontrar la emblemática calle
Sierpes, una vía peatonal llena de comercios y con una gran afluencia de personas. En
la Semana Santa sevillana se convierte en uno de los epicentros de la ciudad, pues
todas las hermandades la recorren en su camino hacia la Catedral. Es sin duda una de
las calles más famosas de Sevilla.
Calle Sierpes
Sin embargo, no siempre se llamó Sierpes, en su origen era conocida como calle
Espaderos, por la presencia de un gran número establecimientos de venta de espadas.
No se sabe exactamente cuándo ni por qué se cambió su nombre, y existen diversas
teorías sobre el origen del nombre Sierpes.
Una leyenda popular afirma que en Sevilla comenzaron a desaparecer niños
sospechosamente en los alrededores de esta vía. Se desconocía el destino de los
menores, y el regente de la ciudad comenzó a investigar el caso. Es aquí donde
aparece Melchor de Quintana y Argüeso, un fugitivo de la justicia, que se había ido a
refugiar en el subsuelo de la ciudad. Un día ,el regente recibió una carta anónima de
Melchor en la que prometía señalar al culpable de las desapariciones si a cambio se le
concedía su libertad. El regente aceptó y fue conducido por el fugitivo hasta las
galerías subterráneas de Sevilla, donde le señaló una gigantesca serpiente, culpable de
todas las desapariciones, quedando así resuelto el misterio. El cuerpo sin vida de la
serpiente se mandó exponer en las calles de la ciudad para poder ser contemplado por
los ciudadanos.
Calle Sierpes
Desde aquel entonces la calle Espaderos pasó a llamarse calle Sierpes, por la
gigantesca serpiente, o eso afirma la leyenda.
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