El encanto histórico del Parque de María Luisa: un
tesoro verde en Sevilla.
El Parque de María Luisa, uno de los espacios
verdes más emblemáticos de Sevilla, tiene una
historia fascinante que se remonta al siglo XIX.
Todo comenzó cuando los duques de
Montpensier compraron el Palacio de San
Telmo en 1849 y, para complementar su
residencia, encargaron al jardinero francés
Lecolant la creación de su extenso jardín al
estilo inglés, inspirado también por elementos
orientales y formales franceses.
En 1893, la infanta María Luisa de Borbón,
viuda del duque, cedió una gran parte del jardín a la ciudad de Sevilla. Esto permitió la
creación del Paseo de Maria Luisa y, más
adelante, dio lugar a lo que hoy conocemos
como el Parque de Maria Luisa. En el siglo XX,
la ciudad comenzó a planear la Exposición
Iberoamericana de 1929 y decidió utilizar el
parque como escenario principal. Para ello, el
arquitecto Anibal Gonzalez y el paisajista
frances Jean-Claude Forestier rediseñaron el
parque, conservando su belleza original y
adaptándolo a los requisitos del evento.
La apertura del parque al público en 1914 y la
posterior Exposición Iberoamericana le dieron
al Parque de María Luisa un carácter único, combinando influencias locales con el estilo
paisajista de la época.
Actualmente, el parque sigue siendo un símbolo de la ciudad, donde el sonido de los
aspersores, el canto de los mirlos y el eco de los coches de caballos transportan al visitante a
una época de esplendor y tranquilidad.
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